La fibra es una parte esencial para una dieta saludable
porque ayuda a mantener la regularidad evacuatoria y a producir heces suaves
para eliminarlas. Sin embargo, consumir una dieta demasiado baja o alta en
fibras puede dificultar la evacuación y provocar estreñimiento.
Cuando el cuerpo recibe muy poca fibra, ésta pierde su capacidad para unirse a
la comida y el agua en el tracto digestivo, lo que ayuda a moverlas a través
del cuerpo. Además, comer demasiada fibra o introducirla a tu dieta demasiado
rápido puede causar dificultades para descomponer la comida en el tracto
digestivo. Eso provoca el estreñimiento porque la comida no puede moverse a
través del sistema digestivo y permanece en el estómago sin digerirse.
Encontrar el balance saludable del consumo adecuado de fibra como parte de un plan de dieta bien
balanceado puede ayudar a prevenir el estreñimiento y los malestares
digestivos.
Introduce la fibra de forma gradual
La Asociación Dietética Norteamericana
recomienda un consumo diario de 25 a 35 g de fibra. Es mejor obtener la fibra
de las comidas en lugar de los suplementos porque la comida contiene otros
nutrientes esenciales que se necesitan para que el cuerpo funcione de manera
saludable. Sin embargo, es importante incrementar la cantidad de fibra en tu
dieta de forma gradual. Añadir demasiada fibra a tu dieta no sólo aumenta el
estreñimiento sino que también provoca más flatulencias, hinchazón y otros
malestares digestivos en los intestinos. Introduce a tu dieta comidas con
fibras de a poco o algún suplemento por un período de ocho a 10 semanas hasta
que alcances la cantidad recomendada.
Bebe agua
Bebe agua a medida que aumentes el consumo de
fibra para ayudar a que los desechos del tracto digestivo sean suaves. Los
fluidos ayudan a mover las comidas y los productos por el cuerpo y a formar
heces más suaves para el momento de evacuar. Bebe al menos de ocho a diez vasos
de agua por día para ayudar a prevenir el estreñimiento relacionado al consumo
de fibra.
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