martes, 29 de octubre de 2013

¿El chocolate engorda?



La pregunta del millón, y la respuesta puede parecer muy simple a algunos, es bien sabido que quizás no sea necesario ser tan precavidos a la hora de abrir una tableta de chocolate, siempre y cuando sea chocolate negro bajo en azúcar.

La mayoría de nosotros siente una debilidad especial por el chocolate… ¿y quién no? Aún así,  muchas veces nos preocupamos porque “el chocolate engorda, además de otras muchas cosas” y es lo primero que tachamos en nuestra lista cuando queremos adelgazar.
Por lo menos, eso es lo que revela un estudio llevado a cabo en la Universidad de California San Diego, en Estados Unidos, que asocia la ingestión moderada de chocolate a personas con menos peso.

El estudio, revela que los antioxidantes del chocolate (consumido dentro de unos hábitos de vida saludables) pueden ser causa de beneficios para la salud y el metabolismo, como la disminución de la presión arterial y del colesterol, así como la pérdida de masa corporal.

 

 

El chocolate, ¿de qué se compone?

El chocolate se obtiene de la mezcla de la pasta de cacao (materia sólida) y la manteca de cacao (materia grasa), ambas provenientes de las semillas del cacao, y del azúcar. A partir de estos productos, utilizados en mayor o menor medida, e incorporando otros como pueden ser la leche, frutos secos o frutas naturales, se elaboran los diferentes tipos de chocolate.
El chocolate puede presentarse y tomarse de varias formas: en tableta, en polvo, como bebida, caliente, derretido, como cobertura de otros alimentos, en mousse, como base de postres y pasteles, etc. En todas sus formas, siempre aparece irresistible ante nuestros ojos, y resulta delicioso a nuestro paladar.

 

Propiedades del chocolate

El chocolate contiene feniletilamina, que actúa sobre el cerebro provocando un estado de euforia y bienestar emocional. Por ello, mucha gente dice encontrarse mejor cuando ingiere chocolate, y es conocido como un antidepresivo. Además, como consecuencia de contener también alcaloides, que excitan nuestro sistema nervioso, nos encontramos más activos y despiertos.
El chocolate es rico en propiedades antioxidantes, por lo que actúa beneficiosamente en la sensibilidad a la insulina y en la presión sanguínea, y protegiendo al corazón, siendo así excelente para aquellas personas que presentan problemas o enfermedades cardiovasculares, y para aquellas que necesitan fortalecer su sistema inmunológico.

Recuerda que estamos hablando del chocolate negro bajo en azúcar.

Por otro lado, en un estudio que ha realizado la Universidad de Harvard sobre el cacao, se ha confirmado que este alimento también puede ayudar a reducir los factores de riesgo en caso de diabetes, el secreto se encuentra en la calidad y cantidad. Nunca te vayas a los extremos, si tienes antojo de un chocolate, recuerda que existen presentaciones pequeñas, no compres las más grande, seguramente terminarás por comerte toda la barra.
Como puedes observar, una vez más, tener unos hábitos de vida saludables no está reñido con los pequeños placeres de la vida.



 

Recuerda que cuentas con Asesoría Nutricional llama al  01 800 111 8111 Para consultar más temas de nutrición visita:  http://goo.gl/tiWCo
 

lunes, 21 de octubre de 2013

NUTRICIÓN Y CÁNCER DE SENO



La nutrición, a diferencia de sólo alimentarse, consiste en darle al cuerpo los nutrientes que necesita. Combinada con la actividad física y un peso saludable, la buena alimentación es una forma excelente de ayudar a tu cuerpo a mantenerse fuerte y saludable.

Si estás recibiendo un tratamiento para el cáncer de mama, o te trataron anteriormente por cáncer de mama, una buena alimentación es especialmente importante para ti.

¿En qué consiste una alimentación saludable?

Consiste en ingerir una variedad de alimentos que te brinden los nutrientes que necesitas para mantenerte sana, sentirte bien y tener energía. Estos nutrientes incluyen las proteínas, los carbohidratos, las grasas, el agua, las vitaminas y los minerales. Lo que comes puede influir en tu sistema inmunitario, tu estado de ánimo y tu nivel de energía.

Ningún alimento o dieta puede impedir la aparición del cáncer de mama. Si bien los investigadores aún están estudiando los efectos de comer alimentos no saludables (principalmente aquellos con conservadores o edulcorantes artificiales) aumenta el riesgo de tener cáncer de mama, lo que sí sabemos es que el sobrepeso es un factor de riesgo, tanto de la primera aparición del cáncer de mama como de su recurrencia.

Alimentación saludable durante el tratamiento

Si te estás recuperando de una cirugía, estás recibiendo quimioterapia o radiación, o te están realizando otro tratamiento del cáncer de mama, una buena alimentación te ayudará a mantenerte fuerte, ya que le brindarás a tu cuerpo los nutrientes que necesita.
Tú y tu médico no podrán pronosticar con exactitud cómo te afectará el tratamiento. Tu salud general y el peso que tengas antes del diagnóstico desempeñan un papel importante, y lo mismo ocurre con el tipo, la cantidad y la duración del tratamiento que recibas. A medida que avances con el tratamiento, presta atención a tu cuerpo y dale lo que necesita. Quizás continúes disfrutando de la cocina y la comida, y tengas un apetito normal. O puede ser que tengas días en los que no te sientas con deseos de comer nada, días en los que quieras comer de todo y momentos en los que solo algunas cosas te sepan bien. Lo más conveniente es tener un plan de comidas flexible y saludable, que te ayude a controlar los deseos y las necesidades cambiantes de tu cuerpo.

Una dieta saludable, que cuente con una variedad de alimentos, muchas frutas y verduras, y cantidad suficiente de proteínas te proporciona las reservas de nutrientes que necesitas para conservar tu fuerza mientras recibes el tratamiento del cáncer de mama. Estas reservas también ayudan a regenerar los tejidos del cuerpo y a mantener fuerte el sistema inmunitario para combatir las infecciones. Además, una dieta saludable puede ayudarte a sobrellevar los efectos secundarios del tratamiento. Existen pruebas de que algunos tratamientos de cáncer son más eficaces para las personas que ingieren suficientes calorías y proteínas. Mientras recibes un tratamiento para el cáncer de mama, la dieta saludable es más importante que nunca.

 
Alimentación saludable después del tratamiento

Muchas personas diagnosticadas con cáncer de mama tienen una vida larga, activa y saludable después del tratamiento. La alimentación saludable durante el tratamiento y la actividad física son importantes. Y la alimentación saludable y la actividad física después del tratamiento también son importantes, mientras te recuperas del tratamiento y comienzas a dejar atrás la enfermedad.
Si bien se han realizado algunos estudios sobre la capacidad de la dieta de reducir el riesgo de tener cáncer de mama, son menos los estudios realizados sobre la función de la dieta en la reducción del riesgo de recurrencia del cáncer. Sin embargo, las investigaciones existentes indican que la falta de ejercicio y el sobrepeso pueden aumentar el riesgo de recurrencia del cáncer de mama.

No creas que debes cambiar tu dieta drásticamente en un día. Una vez concluido el tratamiento, es probable que te sientas mucho mejor, pero quizás no exactamente igual que antes del tratamiento. Tus gustos pueden cambiar y es posible que algunos alimentos ya no te gusten. Tómalo con calma y acostúmbrate de a poco a la alimentación y la cocina saludables.
 
La nutrición y la reducción del riesgo de tener cáncer de mama

Se considera que el tipo de alimentación es parcialmente responsable de alrededor del 30 % al 40 % de todas las formas de cáncer. Sin embargo, es poco probable que el tipo de alimentación por sí solo sea la "causa" o la "cura" del cáncer. Si bien se necesitan más estudios sobre la alimentación y el cáncer de mama, los resultados indican que la actividad física, una alimentación saludable (en particular, una alkimentación de bajo contenido graso, rica en verduras y frutas) y un peso saludable pueden ayudar a reducir el riesgo de tener cáncer de mama o de recurrencia del mismo.

Suplementos alimenticios

Las personas toman suplementos alimenticios (vitaminas, minerales, hierbas, plantas medicinales) por numerosos motivos y con muchas expectativas diferentes. Además del deseo de mejorar tu nutrición y sensación de bienestar en general, si tuviste cáncer de mama quieres hacer todo lo posible por recuperar tus fuerzas durante el tratamiento y después de este, además de reducir el riesgo de recurrencia del cáncer de mama. Muchas personas diagnosticadas con cáncer de mama tienen la esperanza de desacelerar o revertir el curso de la enfermedad.

Resulta difícil saber qué creer acerca de los suplementos que se pueden tomar cuando se escuchan distintos comentarios de los medios de comunicación, los amigos y los familiares. Algunos suplementos, como los comprimidos de minerales y polivitamínicos que cumplen con los requisitos federales de calidad y cantidad pueden ser beneficiosos para tu salud en general. Otros suplementos tal vez no estén regulados y algunos, incluso, pueden interferir con ciertos tratamientos del cáncer de mama. Es importante saber que ningún suplemento alimenticio trata o cura el cáncer.

Recuerda que cuentas con Asesoría Nutricional llama al  01 800 111 8111 Para consultar más temas de nutrición visita:  http://goo.gl/tiWCo

miércoles, 9 de octubre de 2013

Como combinar alimentos



Como combinar alimentos

El aparato digestivo “reconoce” los alimentos cuando no están demasiado mezclados entre si y forma los jugos digestivos adecuados a cada uno de ellos.
 
Las transformaciones que sufren los alimentos en el estómago e intestino, durante la digestión, son producidas por un grupo de sustancias o agentes químicos llamados enzimas que van en los jugos digestivos.
Existen mezclas de alimentos que provocan una larga digestión: Pan, cereales, leche y sus derivados, legumbres, frutos secos, huevos, y por supuesto las carnes y los pescados, en la misma comida, dan lugar a una mala digestión.
La fermentación y la putrefacción de sus componentes da lugar a sustancias tóxicas, que al ser absorbidas perjudican a todo el organismo causando gases, irritación, dolor abdominal, así como un sinnúmero de trastornos digestivos, que intentamos sean aliviados con bicarbonato, medicamentos antiácidos, y otros fármacos dañando primero el estómago y el intestino y luego intentando  aliviar.
Por lo cual las recomendaciones son las siguientes:

Consume comidas sencillas, evita aquellas muy elaboradas, por ejemplo: Pan con ajonjolí, gratinado con tres quesos, camarones al ajillo, arroz con condimentos y vino tinto.

Esta comida provocará que sus jugos gástricos tarden en digerir todo ese alimento por lo que podría haber malestar estomacal.

Combinación Acido con Almidón
Los alimentos más ricos en almidón son: la papa, los cereales (trigo, arroz, cebada, centeno, maíz...), la calabaza, el plátano, entre otros.
El almidón de estos alimentos se digiere por una enzima secretada en las glándulas salivares, la ptialina o amilasa salivar. Ahora bien, el contacto con cualquier sustancia ácida impide la acción de esta sustancia. Los ácidos de los tomates, naranjas, limones, manzanas ácidas, piña, ... son suficientes para impedir una buena acción de la ptialina salivar.
Cuando acompañamos los alimentos ricos en almidón con una sustancia ácida no comienzan a digerirse bien en la boca.

Almidón con Proteínas
Los alimentos más ricos en proteínas, de más a menos calidad son: los frutos secos (nueces, avellanas, almendras, pistachos, coco, semillas de girasol y calabaza,...). Los derivados de la leche (leche, yogur, queso, requesón), los huevos, y finalmente los pescados y las carnes.
Las proteínas requieren un medio ácido para su digestión, mientras que los almidones, por el contrario, lo necesitan alcalino. Si comemos un alimento proteico  con un almidón, se vierte enseguida un jugo gástrico para digerir la proteína, y debido a esa acidez la digestión del almidón queda inhibida de forma inmediata. La ptialina no puede actuar y surge la mala digestión. Ejemplos de esta mala combinación son sobre todo: pan, arroz o patatas con carne o pescado, bocadillo de queso; pan, galletas y cereales con leche, huevos fritos con pan, carne y pescado.


 
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